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miércoles, 28 de agosto de 2013

Hacia finales de siglo, habrá 11 mil millones de habitantes en la tierra.

No podemos predecir el futuro. Sólo en las condiciones controladas de laboratorio y para sistemas sencillos se puede hacer. Otras veces podemos estudiar sistemas muy regulares y estudiar, por ejemplo, las órbitas de los planetas y saber en dónde estarán el 17 de marzo de 2029. Pero para otros sistemas las cosas no son sencillas. Es imposible para el tiempo meteorológico, para las cotizaciones de las acciones de bolsa o para aquellos aspectos que dependan mucho de la psicología y sociología humanas.



Saber qué es lo que pasará con el ser humano en el año 2100 puede ser una empresa un tanto arriesgada, incluso si sólo queremos saber cuantos humanos habrá en el planeta para entonces. Pues todo depende de lo que hagamos desde ahora hasta tal fecha.

Sin embargo un nuevo estudio pronostica que para finales de siglo habrá 11.000 millones de seres humanos sobre la Tierra. Este nuevo estudio, basado en datos de las Naciones Unidas, pronostica 800 millones más de habitantes que en la anterior proyección realizada en 2011. Esto supone un número que es un 8% mayor. Para 2050 se espera que haya unos 9600 habitantes.

Este aumento se debería a la fertilidad en África, en donde las Naciones Unidas habían esperado un declive más rápido en la tasa de nacimientos de lo que en realidad se da.

Este declive de la fertilidad en ese continente ha estado haciéndose más lento o incluso se ha estancado respecto a lo que se había predicho y como resultado la población seguirá creciendo.

La población africana actual es de 1100 millones de habitantes y se espera que alcance los 4200 millones en 2100. Es decir, según este estudio prácticamente se cuadriplicará.


Para estas estimaciones se usó un método estadístico desarrollado en el Centro para la Estadística y Ciencias Sociales de la Universidad de Washington. El grupo de investigadores mejoró los métodos de la predicción de la fertilidad y los combinó con datos actualizados recolectados por las Naciones Unidas (NU). Esto les permitió proyectar las consecuencias a largo plazo de los cambios en la fertilidad en África desde que se realizó la última estimación de hace 2 años.

Además, en este estudio se tuvo en cuenta nuevos ajustes en la estadística, como la esperanza de vida de hombres y mujeres a lo largo del presente siglo.

Según este estudio, en otras regiones del globo se producen pequeños cambios en la población respecto a la anterior proyección. En Europa se producirá un pequeño declive en la población debido a que la fertilidad continuará por debajo del umbral de renovación. En otras regiones se verán incrementos modestos debido a la mejora de la esperanza de vida.

Según los autores no se vislumbra un fin al aumento de la población mundial, entre otras cosas porque el asunto se ha caído de la agenda de las autoridades en favor de otros problemas globales, incluyendo la pobreza y el cambio climático, aunque ambos estén ligados a la población.


Según Adrian Raftery, estos hallazgos muestran la necesidad de renovar las políticas sobre el asunto, como la mejora en los medios de planificación familiar y la expansión de la educación en las niñas.

Las NU proporcionan variaciones o cotas en sus proyecciones asumiendo que las mujeres tienen una promedio de medio niño por encima y por debajo de la mejor predicción. Esto proporciona cierta indeterminación que va de los 7000 millones a los 17.000 millones de habitantes en el mundo para finales del presente siglo.

Por el contrario, en este estudio de la Universidad de Washington se ha acotado mejor el margen de error y se pronostica una población situada entre los 9000 millones y los 13.000 millones.

No parece que en este estudio o en otros similares se hayan tenido en cuenta las limitaciones en los recursos, como la cantidad de tierra fértil, acceso a la energía, impacto del colapso ecológico y climático, etc.

Según se ha mencionado muchas veces, algunos de los problemas más graves a los que nos enfrentamos se deben a la incapacidad de muchos para entender el crecimiento exponencial, sea para el cálculo de poblaciones o para el cálculo del interés compuesto de sus hipotecas. Para ilustrar el crecimiento exponencial y sus consecuencias nada mejor que la historia real de la isla Saint Matthew

Un destacamento militar tenía que instalar una estación de radio en 1944 en la pequeña y desierta isla de Saint Matthew, cerca de Alaska. Entre las provisiones había 29 renos vivos que servirían de comida en caso necesario (los animales vivos se conservan mejor que los muertos, aunque éstos estén muy bien refrigerados). La guerra terminó antes de lo esperado, los hombres se marcharon y dejaron en la isla a esos renos que, por cierto, no tenían depredadores.

Se visitó la isla 13 años más tarde y se comprobó que la colonia de renos había pasado de los 29 originales a 1350 ejemplares. Otros 6 años más tarde, en 1963, la población de renos había pasado de los 1350 renos anteriores a 6.000 ejemplares. Pero en tan solo 3 años la población de 6.000 renos se había reducido a 42 ejemplares, de los cuáles sólo quedaba un macho que además era estéril. El desmesurado y exponencial crecimiento de la población de renos acabó con los recursos de la isla, hasta que en un invierno de escasez la próspera comunidad de renos colapso. En 1980 murió el último ejemplar.

Crecieron y se multiplicaron, y quizás se pueda decir que tuvieron sus momentos de esplendor, pero finalmente desaparecieron bruscamente. Lo mismo se puede decir de los habitantes de la isla de Pascua, de la civilización maya clásica, de los anasazi… O del planeta Tierra en la actualidad. Un crecimiento exponencial (o incluso lineal) de la población no se puede mantener por siempre en un planeta finito. Un comportamiento similar se da en las burbujas económicas que terminan siempre por estallar.

Aunque la capacidad del ser humano de creer en algo que esté en contra de la lógica, la realidad o la ciencia es ilimitada.


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