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domingo, 14 de octubre de 2012

Debemos cuidar los Recursos Naturales de Nuestra América


Durante muchos siglos, los anteriores al “Descubrimiento”, quienes habitaban el continente americano, donde ahora se encuentran los llamados países en desarrollo, del tercer mundo o simplemente “países pobres”, fueron absolutamente autosuficientes.
Más que autosuficientes, fueron ricos, ya que vivieron en la abundancia de la naturaleza y su biodiversidad y en armonía con ella. Tenían sus culturas y sus valores sociales. Y esto no quiere decir que sus sistemas de vida no fueran perfectibles o estuvieran estancados. Pero no conocían la propiedad privada y si la solidaridad y el respeto por la Madre Tierra. Muchos de estos pueblos tenían conocimientos científicos tal vez mas avanzados que los conquistadores, pero no tenían armas de fuego.
El 12 de octubre del año 1.492, a bordo de 3 carabelas, el Capitalismo descubrió América. A partir de ese momento, en el nombre de la cruz y con la fuerza de la espada, muchas cosas comenzaron a cambiar en estas tierras de la abundancia.
La biodiversidad y las riquezas naturales, fueron y son para Nuestra América, un gran tesoro y, como todo tesoro, han sido convertidas por el capitalismo en una maldición para sus poseedores.
De la misma forma que los pueblos de Medio Oriente han sufrido por sus mares subterráneos de oro negro, Nuestra América lo hace por su diversidad biológica y su agua.
Gran parte de nuestra tierra y nuestros recursos son utilizados por Compañías Multinacionales para su propio beneficio a costa de un ecocidio de tal magnitud que no solo está afectando a nuestro continente, sino que está poniendo en peligro la supervivencia de todo ser vivo sobre el planeta.
Latinoamérica cuenta con las reservas de agua potable mas grandes que quedan en el mundo. Pero éstas ya están siendo saqueadas al utilizarlas de modo insustentable para los monocultivos de soja, o los monocultivos de pinos y eucaliptos con que reemplazan a los bosques nativos, a los que han sometido a deforestaciones de proporciones descomunales. Y el agua que no se llevan con la soja, con la madera o con la pulpa de los árboles, la contaminan con los agrotóxicos que usan para los cultivos transgénicos y las industrias extractivas, como la minería a cielo abierto y con utilización de cianuro y otras igualmente contaminantes.
También el Banco Mundial "recomienda" a los países en desarrollo, la privatización a través de concesiones a empresas extranjeras de las reservas existentes, con el fin de adueñarse de este recurso que será en poco tiempo tan valioso como el oro o el petróleo.
Debemos replantearnos desde las raíces el modelo de desarrollo que nos han impuesto hasta ahora y que nos ha conducido esta crisis ambiental, económica y social que estamos viviendo. 
Una reforma agraria es impostergable, así como una redistribución de la riqueza que acerque los extremos cada vez mas distantes entre ricos y pobres.

Niños desnutridos en países en los que la producción de alimentos excede largamente la necesaria para alimentar a todos sus habitantes, miles de especies animales y vegetales extintas o al borde de la extinción, la mayor desigualdad social y la peor distribución de la riqueza de nuestra historia y la perspectiva de que día a día todo empeorará, nos convencen cada día de la necesidad de un cambio de fondo que abarque todas las facetas, política, social, económica y ambiental.
Ese cambio es tan posible como imperioso y Nuestra América tiene las características y el potencial necesarios para ser el lugar desde donde se expanda hacia todo el planeta.
Otra América es posible y está al alcance de nuestras manos si nos unimos y trabajamos juntos, con convicción y sin egoísmos, en pos de ese objetivo. Ecoportal.net

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