Desde hace mucho Hatuey De Camps es “mi líder socialdemócrata”. Y como nunca me he “embolsillado” un centavo ajeno, siempre digo lo que creo y pienso. Todos los días digo en la TV que mi candidato es Danilo, pero al igual que él, no navegaré en la piscina de lodo de la campaña sucia, lo que no exime a los mentirosos de mi látigo verbal ríspido y picante. Pienso que los duelos de honor están desfasados, no hay que señalar “sitio concreto” para batirse con nadie (eso es una forma de esconder la cobardía), sino que como dijo el Che: “En cualquier lugar que me sorprenda la muerte, bienvenida sea”. El único que venció a la muerte fue Jesucristo.
La gente tiene que ser precavida; tener instinto de conservación, pero no “miedo” porque como decía mi santa madre y filósofa china preferida, “la parca no perdona”. Al igual que Borges, uno de los versos que más profundo ha calado mi vida está en el anónimo sevillano “La Epístola Moral a Fabio”: “Oh, muerte, ven callada// como sueles venir en las saetas”.
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