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lunes, 9 de septiembre de 2013

                            Grandes desafíos comerciales en un contexto cambiante 

Por Masiel Fernández Bolaños *
La Habana (PL) Las dificultades económicas, agravadas en el orbe en los últimos años, contribuyen a reconfigurar la actividad comercial e imponen nuevos desafíos al respecto.El brasileño Roberto Azevêdo, nuevo director de la Organización Mundial del Comercio (OMC), inició recientemente su mandato con la enorme responsabilidad de restaurar la confianza, y de promover acciones concretas y efectivas en apoyo a esta actividad.

Según expertos, el mayor desafío de Azevêdo será impulsar las negociaciones de la Ronda de Doha, las cuales atraviesan por un momento muy delicado.

La reanudación de estas pláticas está sujeta al logro de un consenso en la conferencia ministerial de la OMC que se celebrará en Bali, Indonesia, del 3 al 6 de diciembre próximo.

Los países en desarrollo luchan por el acceso libre para sus productos en las naciones del primer mundo, donde hay barreras proteccionistas y se subsidian las producciones agrícolas.

Analistas coinciden en que los cambios en la configuración del comercio internacional y la volatilidad sufrida por la economía mundial constituyen retos adicionales para el brasileño, primer latinoamericano en comandar la institución.

Unido a ello, aseguran que la faena será difícil en momentos en que la atención internacional está casi monopolizada por el conflicto en Siria y la posibilidad de una intervención militar de Estados Unidos en ese país.

CAMBIOS PROFUNDOS 

Desde mediados de la década pasada, explican, el comercio transfronterizo ha experimentado cambios profundos debido a la importancia que ganan las naciones en desarrollo, las cuales representan aproximadamente la mitad de los intercambios mundiales.

En un mensaje divulgado por el sitio web de la entidad, Azevêdo remarcó que comenzó su mandato en un momento en que la OMC y el sistema multilateral de comercio se encuentran en una encrucijada.

Los problemas económicos de los últimos años han contribuido a las dificultades que hemos tenido como foro de negociación, apuntó. Recalcó que la Ronda de Doha, iniciada en 2001, ha estado estancada desde que se desencadenó la crisis.

La parálisis resultante ha sido una fuente de enorme frustración para los negociadores comerciales y ha llevado a algunos gobiernos a explorar otros caminos para abrir el comercio y elaborar nuevas normas, agregó.

Por ello, el directivo insistió en la importancia de dar confianza a los negociadores en aras de lograr resultados consensuados a escala multilateral, los cuales serán posibles si hay voluntad política.

Desde la creación de la OMC en 1948, el valor del comercio global aumentó de 59 mil millones de dólares a más de 18 billones de dólares, acotó.

Azevêdo sustituye al francés Pascal Lamy, quien dirigió durante ocho años esta organización encargada de fijar las reglas del comercio mundial.

El brasileño pasó el año pasado por un proceso donde hubo nueve candidatos, quienes procedían, en su mayoría, de países en desarrollo o emergentes.

Al final del proceso, Azevêdo, quien era el representante de Brasil ante la OMC desde 2008, fue elegido para llevar las riendas de la organización con sede en Ginebra.

Desde el principio contó con el respaldo de los miembros del grupo Bric (Brasil, Rusia, India y China), además de las naciones de lengua portuguesa y de territorios de América Latina, Asia y África.

Lamy dejó al organismo con 159 miembros, 11 más en ocho años, entre ellos Rusia, considerada la adhesión de más peso durante su mandato.

No logró reavivar las negociaciones de la Ronda de Doha, iniciada en 2001 para liberalizar el comercio mundial y derribar barreras como subsidios, aranceles y reglamentación excesiva, acorde con especialistas.

En los últimos años, la actividad comercial en el orbe evidenció la creciente importancia de las economías en desarrollo en el escenario internacional.

FACTORES DETERMINANTES 

Según el Informe sobre el Comercio Mundial 2013, una serie de factores económicos, políticos y sociales, con inclusión de las innovaciones tecnológicas, las modificaciones de las pautas de producción y consumo y los cambios demográficos, configurarán el futuro del comercio mundial.

Las fuerzas que dieron lugar al actual sistema fueron las drásticas disminuciones de los costos del transporte y las comunicaciones. La geopolítica también desempeñó un papel decisivo para impulsar y reforzar esas tendencias estructurales, acotó el documento.

Durante los últimos 30 años, la compra-venta de mercancías y el de servicios comerciales treparon a un ritmo medio anual de alrededor del siete por ciento, hasta alcanzar un máximo de 18 billones de dólares y cuatro billones de dólares, respectivamente, en 2011.

Si el comercio se mide en valor añadido, los servicios tienen un papel más importante.

Acorde con la OMC, entre 1980 y 2011 las economías en desarrollo elevaron su participación en las exportaciones y las importaciones mundiales. Asia desempeña un papel cada vez más importante en ese entorno.

El comercio global lleva varios decenios creciendo, en promedio, casi el doble de rápido que la producción. Ello es reflejo de la progresiva importancia de las cadenas internacionales de suministro; de ahí la necesidad de medir el comercio en valor añadido.

Las simulaciones muestran que en unas condiciones económicas dinámicas y de apertura es probable que el crecimiento de las exportaciones y del Producto Interno Bruto (PIB) de los países en desarrollo duplique o triplique el de las naciones desarrolladas en los próximos decenios.

Por el contrario, puntualizó el estudio de la institución, su PIB crecerá menos de la mitad si se cumple una hipótesis económica pesimista y de proteccionismo, y el crecimiento de las exportaciones sería menor que en los países desarrollados.

*Periodista de la redacción Económica de Prensa Latina.

arb/crc/mfb


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