Gobierno. El presidente Medina resaltó los logros alcanzados por su gobierno en seis meses de gestión.
Guarionex Rosa
Santo Domingo
El presidente Medina hizo el pasado 27 de febrero ante la Asamblea Nacional lo que nunca se había hecho al unificar al país en torno al gobierno y al ayudar al expresidente Fernández y al PLD a mejorar sus reputaciones menguadas por denuncias de la oposición.
Entre los ciudadanos fue una sorpresa que suscitó apoyo general el emplazamiento a la compañía Barrick Gold para la modificación del contrato suscrito con el Estado para la explotación de la mina de oro de Pueblo Viejo. El alcance de las presunciones no llegó al nivel planteado.
Medina le dio un ultimátum a la compañía extranjera que posiblemente se enteró por anticipado de la firme posición del gobierno y arreció una costosa campaña publicitaria, quizás dirigida fundamentalmente a influir en el régimen, los empresarios y la prensa.
El presidente mostró convicción en forma y fondo del mensaje, al decir que el contrato debe ser modificado ya que una operación distinta planteada por sus ejecutivos no encaja dentro de los principios éticos y morales de su administración. Mostró que hablaba seriamente.
Calificó como “inaceptable” que de los US$1,753 millones de ingresos anuales de la compañía, el gobierno dominicano apenas recibirá US$56 millones, equivalentes al 3.2%. Durante los primeros años de cada US$100 de ingresos de la exportación de oro y otros metales, la Barrick recibirá US$97 y la RD tres.
Aseguró Medina que bajo el esquema fiscal establecido en la más reciente versión del contrato, con un precio promedio de US$1,700 la onza de oro y US$ 28 la onza de plata, la empresa minera Barrick Gold Pueblo Viejo obtendría US$2,600 millones en los primeros dos años.
Las afirmaciones de Medina levantaron de sus asientos a los senadores y diputados integrantes de la Asamblea Nacional, entre ellos varios que habían aprobado el contrato durante la gestión del doctor Fernández, cuyo gobierno le dio extrema importancia e hizo campaña por su causa.
Según el presidente Medina, se celebraron decenas de reuniones en los últimos seis meses con los ejecutivos de la Barrick Gold sin que se pudiera llegar a un acuerdo sobre la necesidad de reformular los términos fiscales del convenio. Eso habló de la paciencia de su régimen.
Medina se engrandece
Para la gente de la calle Medina se engrandeció, pero al mismo tiempo desactivó con su postura el temor de que la firme posición de los moradores y grupos populares de la región de Cotuí motivara la alteración del orden público.
La unificación del país detrás del presidente Medina fue apuntalada por otra causa popular, al nombrar el ministerio público, a título honorífico, a los abogados Laura Acosta Lora y Roger Antonio Vittini para que apoyen en los tribunales la nulidad de títulos falsos de las tierras en Bahía de las Águilas, un sensitivo tema al parecer derivado de la corrupción vieja.
Medina también logró la hazaña de que los líderes opositores Hipólito Mejía y Miguel Vargas, atentos a ver quién consigue finalmente hacerse con el PRD, apoyaran la postura presidencial. El primero, excandidato presidencial en 2012, nunca reconoció su derrota.
También recibió el apoyo del expresidente Fernández, quien en una declaración escrita, en calidad de presidente del PLD, señaló que la postura de Medina fue digna y su discurso memorable, sobre todo por la forma en que defendió el interés nacional en el caso de la Barrick. Algunos críticos rebuscaron en el discurso de Medina a ver si encontraban algún mensaje subliminal de queja respecto a la aprobación del convenio en la era de Fernández.
La voz disidente aunque suave tomando en consideración su vocación de defensa a muerte del mercado y de la inversión extranjera, la ofreció el CONEP, que advirtió sobre la necesidad de tener cuidado con enviar señales que deterioren la imagen internacional de RD. El gobierno reafirmó que la seguridad jurídica no está en peligro.
Un poco más diplomático y prudente, el embajador de Canadá, presente en el acto de la Asamblea Nacional, dijo que la posición del gobierno dominicano no hará variar las relaciones entre ambas naciones, incrementadas por las inversiones de ese país en los últimos años.
Canadá había mandado a su canciller, John Baird a tratar con el presidente Medina el tema de la Barrick Gold, pero salió del Palacio Nacional cariacontecido al notar la firmeza del gobernante. A poco arreció la campaña “Mito y verdades sobre Barrick Gold Pueblo Viejo” y la compañía propició un par de encuentros con comunicadores de alguna preminencia.
Canadá fue bastante negligente en sus relaciones con República Dominicana. Durante años mantuvo degradada su embajada en Santo Domingo a nivel de encargado de negocios y humilló a los dominicanos al enviar sus pasaportes a Puerto Príncipe para obtener el visado. La situación cambio tras el terremoto que destruyó la capital haitiana.
Corrupción, seguridad
Los temas sobre la corrupción y la seguridad que muchos esperaban fueran tratados con énfasis por el gobernante quedaron por el momento relegados. También la ilusión de que Medina sacaría de su entorno a viejos funcionarios y a otros marcados por denuncias.
El latigazo de Medina por el caso de la Barrick Gold fue tan grande que los cazadores de cabezas del gobierno podrían haberse tranquilizado y el presidente tomar respiro y dejar para más luego, en el lenguaje coloquial dominicano, la reorganización de su régimen.
Solamente en el aspecto militar se oyó a la jerarquía anticipar retiros, remociones y ascensos, en un extraña reiteración de declaraciones mientras el gobernante mantenía su discreción y su agenda de trabajo que no quería otro enfoque que lo principal.
Aunque no entró en detalles esperados sobre corrupción y seguridad, Medina enumeró obras de importancia y reiteró su empeño a favor de los pobres. Dijo que presentará en la segunda semana de marzo el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana.
De momento Medina ayudó indirectamente al expresidente Fernández, cuyos adversarios a muerte han estado preparando una nueva embestida para darle sustancia a la demanda de que vaya a la justicia por el déficit fiscal, que ayer sábado el Banco Central estimó en RD$153,803.2 millones para el período enero-septiembre 2012.
TOMADO DEL LISTIN DIARIO
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