Daris Javier Cuevas
La economía, en tanto ciencia, establece que el concepto de estabilidad macroeconómica plantea un escenario donde los niveles de precios, el equilibrio de la balanza de pagos y la tasa de empleo responden a los objetivos de la política macroeconómica, es decir, que su comportamiento favorable impulsan la certidumbre y desactivan los riesgos a los que se expone la actividad económica, estando así ante una situación deseable para el gobierno y que los agentes económicos operan con menores riesgos.
La teoría económica sugiere que si estas tres variables no generan incertidumbre el resultado es lograr un crecimiento económico sostenido acompañado de una baja inflación y cuentas externas sostenibles. Esto así ya que el equilibro externo y la estabilidad de los precios han venido ocupando un primer plano de importancia en el discurso económico y la consistencia que debe caracterizar a las políticas macroeconómicas, situación que ha obligado a que la política monetaria sea más activa y amigable con la política fiscal en las aspiraciones de lograr y preservar la estabilidad macroeconómica sin importar el sacrificio que esto implique ya que la inestabilidad tiene un costo económico y político muy elevado.
Pero es que la recesión es lo opuesto a la estabilidad, lo cual implica una gran pérdida de recursos y sus efectos pueden ser prolongados, como está ocurriendo en las grandes economías post crisis 2008, pérdidas que son irreversibles que van desde los activos financieros y reales, pérdida del capital humano de los desempleados, deserción escolar y, por ende, afecta la inversión de capital. Pero es que la incertidumbre que se deriva de la inestabilidad económica impacta de manera contundente en la acumulación de capital y derrumba las estrategias microeconómicas de las empresas que procuran elevados niveles de inversión e innovación tecnológica.
Implementar políticas macroeconómicas para lograr o mantener la estabilidad sugiere la adopción de medidas anticíclicas que impactan directamente en los diferentes sectores económicos, por lo que no es una tarea fácil ya que invita a la prudencia al utilizar los instrumentos monetarios y fiscal, máxime cuando se tienen mercados financieros que operan con altos riesgos, pero a su vez son vulnerables ante cualquier turbulencia. Tal situación está explicada en el hecho de que los costos elevados que esto implica con la pérdida de la credibilidad cuando los instrumentos de política económica se manejan inadecuadamente.
Por tales razones hay que valorar de acertadas las medidas de corte restrictivas adoptadas por el Banco Central ante la volatilidad que se ha observado recientemente en los tipos de cambio fruto de los insistentes deslizamientos exhibidos por este y que ya eran objeto de preocupación. Para contrarrestar el mismo se incrementó la tasa de interés de política monetaria para evitar que los precios de los bienes y servicios sean afectados por la situación cambiaria ya que el entorno económico sigue siendo vulnerable penetrando en las diferentes economías con facilidad, tal como es el caso de la suspensión de los estímulos monetarios por parte del Banco Central de USA, y que ha implicado que las economías emergentes reciban la fría suma de US$26 mil millones de capitales que pueden migrar desde EEUU con altos riesgos.
La inestabilidad macroeconómica está a la orden del día en la economía mundial, por lo que cada país ha de velar para que no se produzcan sobresaltos. Una ojeada al informe de la economía dominicana durante el período enero-junio 2013 permite comprender mejor las medidas monetarias adoptadas por el Banco Central; para el primer semestre el crecimiento del PIB alcanzó un 1.6% y se proyecta un crecimiento de un 3% para finales de año, el crédito crece a un ritmo de un 12.7%, la construcción registró una caída de un 4.3%, las exportaciones están sustentadas básicamente en el oro, en tanto que el flujo de ferroníquel registró una caída de un 12.0%, por el lado financiero el coeficiente de intermediación es aceptable de un 3% explicada estrictamente por la estabilidad macroeconómica.
Visto esto, es razonable lo pronunciado por el presidente Medina de que el gobierno tiene que hacer magia para mantener la estabilidad macroeconómica, y le creo. Lo que ocurre en el mundo es pura incertidumbre que arrastra la estabilidad, pues luego de un largo período de estabilidad sería una falta inexcusable perder esa conquista y es al partido oficial y el gobierno que corresponden preservar la misma ya que la oposición jamás va a colaborar con este objetivo, por tanto, es prudente desistir de la promoción de aspiraciones presidenciales de madrugada que incentivan la incertidumbre y el riesgo.
El autor es economista
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