VIDA VERDE
Beneficios. Las reservas científicas Loma Quita Espuela y Guaconejo brindan múltiples servicios ambientales, los que están siendo cuantificados económicamente.
Beneficios. Las reservas científicas Loma Quita Espuela y Guaconejo brindan múltiples servicios ambientales, los que están siendo cuantificados económicamente.
Solange de la Cruz Matos
Santo Domingo
Santo Domingo
La preservación del agua, en cuanto a calidad y cantidad, consiste no sólo en cuidar sus fuentes, sino el ecosistema en su conjunto. Así se concibe en el proyecto “Promoción de Pago por Servicios Ambientales a través de la valoración económica de los recursos hídricos en las reservas científicas Loma Quita Espuela y Guaconejo”, que implementa la Universidad INTEC y cuya ejecución concluye en diciembre próximo.
Solhanlle Bonilla, catedrática investigadora de esa academia a cargo de su ejecución, indica que se trata de una iniciativa innovadora porque se está haciendo la valoración económica de los recursos hídricos en esas áreas protegidas.
Allí nacen los ríos Jaya, Cuaba, Cuevas, Nagua, Los Bracitos y Quebrada Prieta, así como los arroyos La Lagunita, El Arroyaso, Las Cañas, Los Guineos, Brazo Grande y Piedra Blanca, y es hábitat de más de 500 especies de flora y fauna.
El proyecto -informa Bonilla- apoya el Programa Nacional de Compensación y Pago por Servicios Ambientales del Ministerio de Medio Ambiente, por lo que la información obtenida se utilizará para diseñar y obtener un acuerdo sobre un plan de pago por servicios ambientales involucrando al Ministerio, a otras entidades gubernamentales, como el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) y el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), y a la sociedad civil de San Francisco de Macorís y Nagua.
Los recursos generados irían a apoyar la conservación de cuencas y áreas claves de biodiversidad en las referidas reservas.
“En esas dos reservas estamos levantando la información y viendo cuál es el procedimiento que sería más viable. Eso implica tener información del marco legal, institucional, valor económico del recurso y también información de reuniones, acercamientos con los usuarios grandes del recurso, que son INAPA y el INDRHI, a través de las Juntas de Regantes. El uso principal del agua en esa zona es como agua potable para ambas comunidades y agua para los diferentes sistemas de riego”, explica.
Valoración integral
La profesora e investigadora precisa que en adición a la valoración económica de los recursos hídricos hacen una valoración integral de la biodiversidad y los servicios eco-sistémicos basada en el esquema del profesor holandés Rudolf de Groot, quien propone la valoración de los servicios de abastecimiento, como alimento, agua potable, madera y tejidos; de los servicios de regulación, como tipo y fertilidad del suelo, clima favorable y purificación del agua, y de los servicios culturales, como el recreativo, científico, educativo y el estético.
“De acuerdo con los ecosistemas presentes en el paisaje y las hectáreas que tiene, previo a tener todos los valores individuales de los servicios, se utiliza un modelo matemático para calcular cuánto cuesta una hectárea de bosque tomando en cuenta la calidad del paisaje y todos los recursos en general”, informa Bonilla.
Con el recurso agua hicieron también lo que llaman una valoración contingente, que implica entrevistar a usuarios del recurso y preguntarles cuánto estarían dispuestos a que se le aumente en su factura de agua o en su tarifa de riego por tener y por conservar las fuentes de agua.
Recuerda que el INAPA firmó con el Ministerio de Medio Ambiente y con la Fundación Loma Quita Espuela documentos en los que expresa su intención de invertir en la conservación: “Desde el punto de vista de los costos de potabilización del agua sale más barato invertir en la conservaciónÖ Pero no se tenía un monto con el cual iniciar una negociación”.
Pionero y participativo
Bonilla explica que el proyecto que implementa INTEC es innovador en el establecimiento de un esquema financiero para la protección de la biodiversidad a través del recurso hídrico para dos reservas científicas y en la creación de un modelo biofísico del uso del suelo y provisión de servicios ecosistémicos de los paisajes de conservación, por lo que esperan que esa experiencia piloto pueda ser replicada en otras áreas.
Destaca, también, que se trata de una iniciativa participativa, en la que se han integrado grupos de la sociedad civil, y que a fin de darle continuidad al proyecto trabajan en la creación de dos agrupaciones juveniles de vigilantes de la biodiversidad, que tendrán entre sus tareas difundir en los centros educativos de las provincias Duarte y María Trinidad Sánchez la información recibida en la capacitación.
También integraron a los productores de cacao orgánico de San Francisco, que producen responsablemente.
El proyecto tiene el propósito de dejar concienciados y capacitados a 200 actores clave de María Trinidad Sánchez y San Francisco.
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