El
historiador Roberto Cassá expone sus consideraciones sobre la inmigración
haitiana
· Grupos empresariales y los gestores de la corrupción contribuyen al envilecimiento de la sociedad dominicana, con el tráfico ilegal de haitianos.
· Este país no aguanta una sociedad binacional.
· Los ciudadanos haitianos en el país tienen que definirse si son haitianos o son dominicanos.
· los hijos de haitianos que nacieron en este país deben ser plenamente reconocidos en igualdad de condición con cualquier otro dominicano. Nacieron aquí. Por derecho son dominicanos.
· Este país no aguanta una sociedad binacional.
· Los ciudadanos haitianos en el país tienen que definirse si son haitianos o son dominicanos.
· los hijos de haitianos que nacieron en este país deben ser plenamente reconocidos en igualdad de condición con cualquier otro dominicano. Nacieron aquí. Por derecho son dominicanos.
ROBERTO CASSÁ
El doctor Cassá sostiene que la migración haitiana hacia República
Dominicana es un problema mayor hoy día, porque se ha perdido el control.
“Antes era una migración, y no digo que eso fuera bueno, en función de
necesidades precisas; eso se dio hasta el gobierno de Antonio Guzmán y quizá se
extendió un poco durante el de Jorge Blanco. De ahí en adelante, entró en otra
faceta. Aunque no estoy muy seguro de ese proceso de cómo se terminaron los
convenios de braceros anuales donde todavía en Estado tenía un cierto control
sobre la frontera”.
“Hoy día, la corrupción lo ha permeado todo”. El destacado historiador
dominicano sostiene que no hay convenios y el gobierno haitiano es
irresponsable en términos de cualquier tipo de compromiso; “no lo quieren
asumir, pero además, no pueden”.
Lo que sí ha asumido el Estado haitiano es la jefatura de la campaña
internacional, junto a otros sectores como intelectuales, organizaciones no
gubernamentales, así como grupos de presión en los Estados Unidos y en otros
países. “Hay una campaña internacional que cuestiona casi a priori cualquier
decisión que tome el Estado dominicano para regular la situación”, insiste
Cassá.
“En los haitianos hay un problema emocional sumamente grave de igualar
la percepción de todos los dominicanos como racistas, como explotadores; es
decir, todos los dominicanos somos casi nazistas sin distinción. Eso es el
sentir de muchos publicistas haitianos que proyectan imágenes en el resto del
mundo”.
El historiador destaca que “los trabajadores haitianos son el sector más
pobre y explotado de la sociedad dominicana, pero, al mismo tiempo, la
situación de ellos en las últimas décadas ha ido experimentando mejorías. No
reconocer eso”, dice, “como hacen los publicistas haitianos, es una mezquindad
y una irresponsabilidad moral. Y yo no digo que se haya llegado ni mucho menos
a lo deseable, pero la situación no es la de hace 30 años; eso es categórico.
Yo he tratado con ellos y tengo conocimiento de cómo viven los trabajadores
haitianos; no es que me lo cuentan”.
Sobre la política migratoria
“El Estado dominicano -al margen de presiones- tiene que establecer su
propia política migratoria, de acuerdo a conceptos de la equidad, de la
justicia y de la defensa de los intereses del país. Esto incluye, a mi modo de
ver: detener la migración desordenada, reducir la migración a su mínima
expresión”, dice.
Cassá enfatiza: “en un país, donde hay un desempleo, aproximadamente de
25%, tasa aproximada que tiene la sociedad dominicana, lo cual es algo
terrible; en los jóvenes llega a casi 50%, no hay derecho de que los grupos
empresariales y los gestores de la corrupción, porque es la corrupción lo que
pauta todo este problema del tráfico de haitiano y la forma en que lo dejan
entrar; no hay derecho a que estos señores que se enriquecen a costa del
trabajo de los haitianos contribuyan al empobrecimiento de los trabajadores
dominicanos y de la población dominicana en general, sobre la base de que cogen
comisiones, hacen una serie de negocios de truculencias y someten a los
haitianos a abusos, lo cual es indiscutible. Es una situación desgraciada, que
no debe seguir porque está contribuyendo al envilecimiento de la sociedad
dominicana, lo cual debe ser una demanda de la misma sociedad”.
“Hay que vencer intereses. Nosotros nos encontramos con hechos de que
todos los que venden helados en las calles en triciclos son haitianos, todos
los que venden cocos, todos los que venden frutas, en unos triciclos que están
en las esquinas son haitianos. Hay que preguntarse por qué no hay un dominicano
en esos grupos de personas, evidentemente les pagan mucho menos. Yo no sé
quiénes son los dueños de esas cadenas, pero hay hoteles extranjeros en el Este
donde no hay un solo dominicano. No, eso no se puede permitir. Esta comunidad
tiene que proteger ante todo a los dominicanos, no en desmedro de los haitianos
pero sí favorecer los nacidos aquí, incluyendo los hijos de haitianos, sostiene
Cassá.
Sobre la sentencia del Tribunal Constitucional (TC/0123/13)
“Yo discrepo de todas las interpretaciones que hay a partir del dictamen
del Tribunal Constitucional: nacieron aquí y esta sociedad tiene que asumir las
consecuencias de esto, aunque fueran producto de un desorden, de una
explotación social, y de todo lo que sabemos, pero nacieron aquí, y esta
sociedad está obligada a protegerlos e integrarlos en igualdad de condiciones
con todos los restantes dominicanos”, acentúa el doctor Cassá.
A juicio del historiador luego de “detenido el tráfico ilegal, lograda
la minimización de los trabajadores haitianos, entonces, se debe proceder a un
reconocimiento de derechos morales. Los haitianos que tengan un tiempo deben
ser reconocido aquí en una residencia estable en plena legalidad con sus
relaciones contractuales con los patronos o con quien sea. Plena legalidad y
pleno reconocimiento de igualdad de condiciones respecto a la población
dominicana”.
“El imperativo moral que tiene esta sociedad es acabar con esa situación
ignominiosa de gente que son objeto de abusos. No es el infierno que cuentan,
porque también hay un mito sobre esto, pero indudablemente eso no es moralmente
aceptable. Y, desde luego, los hijos de haitianos que nacieron en este país
deben ser plenamente reconocidos en igualdad de condición con cualquier otro
dominicano. Nacieron aquí. Por derecho son dominicanos”, expone Cassá.
Guetto
“Sería ignominioso para esta sociedad pretender establecer un “guetto”
sobre la base del principio del jus sanguinis que crearía
entonces una porción inferior de personas nacidas en el país sin derechos
ciudadanos. Eso sería horrible, eso no es lo justo. Lo justo es integrarlos,
hacerlos partícipes de los problemas de la nación dominicana y que ellos mismos
definan su estatus legal y nacional: si prefieren ser haitianos pueden ser
residentes haitianos aquí, ese es su problema”, explica el historiador, a la vez
que advierte que a partir de esa decisión el gobierno haitiano tiene que asumir
también sus consecuencias.
¿Dominicanos o haitianos?
“El gobierno haitiano tiene un discurso esquizofrénico. Ellos reclaman
que este país tiene que reconocer la ciudadanía dominicana a los hijos de
haitianos, pero los protegen desde su discurso como si fueran haitianos.
Entonces, defínanse, son haitianos o son dominicanos. Entonces si son
dominicanos, ese es un problema que no atañe al gobierno de Haití, sería un
problema exclusivo de la comunidad dominicana”.
Cassá planeta que esta discusión hay que sacarla del entorno
internacional y asumirla la sociedad dominicana. “Es algo que nosotros los
dominicanos estamos obligados a solucionar: cómo integrar a esa población
producto del desorden de la explotación, de la corrupción que se ha formado con
vistas a editar, a crear, a mi juicio y esto es fundamental, la creación
binacional”.
“Este país no aguanta una sociedad binacional. No la aguanta por razones
históricas, a mi juicio, pero en segundo lugar porque tenemos un Estado enemigo
que usaría la condición nacional de una minoría haitiana para hacer daño a la
comunidad dominicana”, argumenta.
Los ciudadanos haitianos en el país tienen que definirse si son
haitianos o son dominicanos. “Si son dominicanos si se registran como
dominicanos, sean que nacieron aquí, o que se les otorga la nacionalidad tienen
que tener fidelidad a la nación dominicana. Eso es una discusión que hay que
llevar en el interior de nuestro país. Si eso no se acepta, tenemos un nuevo
reto; un nuevo problema: una comunidad nacional interna hostil al resto de la
comunidad dominicana”, expresa.
Roberto Cassá expone que “si los haitianos en el país se constituyen en
una minoría nacional hostil al resto de los dominicanos, hay que enfrentarlo y
buscarle soluciones democráticas. En ningún caso, a mi juicio, la solución
estribaría en el reconocimiento de constitucional de derechos específicos de
una minoría nacional. Yo me opongo. Al igual que subrayo que hay que darle los
derechos de todo ciudadanos en igualdad de condiciones absolutas y proceder a
integrarlos, mediante los mecanismos de acceso a la educación, servicios
sociales… todo lo que deba hacerse de una manera ordenada, humana, social,
democrática”.
“Ahora, si vamos a tener una minoría nacional organizada con apoyo
externo hostil entonces estamos en vísperas de una balcanización, de un
problema muy grave, al grado de que hoy día ya hay publicistas haitianos que
están planteando crear un tercer país que agrupe a las supuestas mayorías
haitianas en las provincias fronterizas. Eso ya se está escribiendo en Haití.
Este país no puede aceptar eso, porque sería el inicio de su desmembración”,
recalca.
“El mérito del Tribunal Constitucional es haber abierto el problema, a
pesar de que la respuesta no fue la adecuada, y el gobierno, yo tengo que
reconocer, está tratando de dar pasos adecuados por lo menos en la formulación,
aunque los resultados, vemos son muy limitados”, dicho esto, el historiador
considera que no hay que derrotarse, sino trabajar en que haya una “agenda
política” para detener la migración.
En la entrevista concedida a Retina, el doctor Cassá manifestó que “el
gobierno está tratando de dar pasos, y eso es auspicioso, pero esto ya no es un
problema de gobierno, es un problema de comunidad nacional”.
TOMADO DE RETINA.DO
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