Un magnate multimillonario de Las Vegas dijo que estaría dispuesto a donar US$100 millones a la campaña de Newt Gingrich, uno de los aspirantes a ser candidato por el Partido Republicano para las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Adelson forma parte de una nueva generación de donantes políticos en Estados Unidos que se benefició de la decisión de la Corte Suprema de anular las restricciones existentes para la financiación de las campañas.
Pero lo que representa es la continuación de una larga tradición, que se remonta a la antigüedad, de personas acaudaladas que utilizan el dinero para comprar influencia en la política.
Y en la historia hay muchas lecciones que se podrían aprender.
Lección 1: el patrocinio puede producir beneficios
Descrito por el historiador Plutarco como "el más rico de los romanos", Marcus Crassus aumentó su riqueza al apostar por la carrera militar de Julio César y su posterior elección como cónsul romano.
Si no hubiera sido por el apoyo financiero de Crassus, tal vez Julio César no hubiera podido forjar su imperio.
"Nunca hubiéramos escuchado hablar de Julio César si no hubiera sido por Crassus", comentó Philip Freeman, director del departamento de clásicos de la Universidad Luther, en Iowa, y autor de una reciente biografía sobre César.
Nacido en una casa de modestos ingresos, Crassus se alió a Lucio Cornelio Sila, quien gobernó Roma, y forjó su riqueza al aprovechar las propiedades que Sila les fue quitando a sus enemigos políticos.
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