En Noruega hay elecciones parlamentarias el próximo mes, y el primer ministro
Jens Stoltenberg busca reelegirse para un nuevo período.
Aunque se le considera buen ejecutivo, es correcto, de mentalidad progresista y con mucho carisma, la gente lo ve distante y envarado, siempre anda emperchado y como si se hubiese tragado una espada.
Ese es su talón de Aquiles y lo que todo el mundo le critica: ¡Es más fácil hablar con
Dios que Jens!, como le llaman comúnmente los noruegos a su primer ministro.
Está claro que en Noruega los políticos en campaña no andan en “discolights”, no tienen que tirar pollos, pavos y puercos a la gente en las marchas y caravanas y ni pensar que se usen fondos públicos en propaganda electoral.
Jens es el líder del Partido Laborista, y en las últimas semanas cayó debajo en las encuestas frente al candidato del Partido Conservador. Las elecciones son en septiembre venidero y las tendencias desfavorecen al primer ministro.
Algo había que hacer para detener la debacle de los laboristas… Y Jens tuvo una idea genial que en su equipo de campaña fue rechazada de inmediato, pero él impuso su voluntad y ha sido la gran sorpresa para todos.
“Taxi driver” en Oslo…El primer ministro se uniformó de taxista, y en coordinación con la principal agencia de servicios de Taxi de Oslo su equipo preparó una unidad con cámaras ocultas y sistema de sonido… Y se lanzó a las calles a “conchar” de incógnito…
Gorra, gafas oscuras y el clásico uniforme chocolate disimularon su físico y así pudo colarse como “un taxista más…”
La primera en abordarlo fue una anciana cascarrabias que le pedía insistentemente que disminuyera la marcha del
taxi, pero él hacía lo contrario hasta llegar a la temeridad… La señora lo reprendió de mala forma hasta que Jens se fue quitando lentamente el disfraz… Primero la gorra y las ganas, y la señora echó un grito de sorpresa al reconocer al gobernante.
Luego tres estudiantes bellísimas a quienes les llamó la atención aquel taxista “tan guapo” —Jens es un hombre de 38 años, alto y de porte distinguido—, que al identificarlo mucho rato después dijeron haber quedado hechizadas con la compostura y buen talante del gobernante.
Así discurrió el domingo en las calles de Oslo… El primer ministro agotó una jornada completa como taxista y entró en contacto con la gente más simple y llana que le expuso los temas que más preocupan a la ciudadanía…
“Para mí es importante escuchar lo que la gente piensa de verdad. Y hay un lugar en el que todo el mundo dice lo que piensa de la mayoría de los asuntos, y es en un taxi…”, comentó Jens al final de la jornada.
Cambio en las encuestas
Jens ha virado las encuestas con el sólo hecho de entrar en contacto sorpresivamente con la gente. Los últimos sondeos rápidos, hechos ayer lunes mientras todavía se comentaba profusamente su ocurrencia, lo colocaban ya cabeza con cabeza con el candidato conservador…
Los medios electrónicos han difundido profusamente las imágenes del primer ministro “taxeando” en Oslo y los comentarios han sido muy favorables.
Los conservadores le han salido al paso, y lo atribuyen a “una demagogia burda” propia de un candidato que ha “perdido la sintonía con el pueblo”.
Noruega es uno de los países más ricos del mundo. Es abundante en recursos naturales como energía hidroeléctrica, gas natural, minerales, pesca y silvicultura. Entre los países nórdicos está considerada la nación de más sólido y constante crecimiento desde
la Segunda Guerra Mundial. Tiene cinco millones de habitantes.
En 2013 el
Reino de Noruega fue clasificado
el país de más alto índice de desarrollo humano en el mundo. Es el país más seguro de la tierra.
Claro, por eso en sus campañas electorales no hay caravanas ni marchas ni “discolights”. Y el jefe del gobierno puede ser taxista…
¡Imaginémonos aquí a Leonel conchando en la Duarte!
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