Lianet Arias Sosa
Luego de un período de recesión marcado por la crisis mundial, la economía venezolana, de evidente signo humanista, da inequívocas señales de expansión con un aumento de 5,6 por ciento en el primer trimestre del año.
A ese resultado positivo contribuyó especialmente el área de la construcción aupada por la Gran Misión Vivienda, iniciativa gubernamental que prevé edificar 2,7 millones de casas en los próximos seis años.
Durante seis trimestres sucesivos se observa una tendencia sostenida, la cual fue evidente el año pasado y comienza a mantenerse en este, afirmó recientemente el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, en alusión a la proyección alentadora de esa esfera.
La meta estimada en el presupuesto de 2012 en ese aspecto fue de cinco por ciento, por lo cual ese valor sobrepasa las expectativas, resaltó.
A principios de este mes, otra buena noticia ya había calado en materia económica: el país registró una variación intermensual de la inflación de un 0,8 por ciento en abril último, la cifra más baja en cuatro años.
La tendencia del Índice Nacional de Precios al Consumidor, una de las principales preocupaciones de los venezolanos, ha descendido desde noviembre del año pasado, sostuvo el propio Giordani en una conferencia de prensa desde la sede del Banco Central.
Como expresión de la vitalidad de los sectores productivos, también disminuyó la tasa de desocupación, ubicada en 14,6 por ciento en marzo de 1999, y situada en 7,9 en el mismo mes de este año, de acuerdo con datos oficiales.
A ello se suma que el ingreso mínimo de los venezolanos, sobre la base del bono de alimentación y el incremento salarial de 32,5 por ciento aprobado en abril último por el presidente Hugo Chávez, se ubicaría en tres mil cuatro bolívares (698,6 dólares) para el mes de septiembre.
De este modo, el crecimiento en el país suramericano va de la mano de la inversión social, a la cual el gobierno, encabezado por Chávez, destinó unos 500 mil millones de dólares desde su inicio en 1999.
Mientras Europa sufre las consecuencias de una crisis estructural, Venezuela impulsa un modelo humanista que dignifica al pueblo y aumenta su calidad de vida, afirmó el titular de Planificación y Finanzas.
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