Como se ha divulgado ampliamente, la Reserva Federal se alista para cerrar el chorro de liquidez al sistema financiero.
Muchos aún se preguntan: ¿Y qué tiene eso que ver conmigo? ¿Cómo afecta a un ciudadano común lo que haga o deje de hacer el banco central de Estados Unidos?
Durante los últimos meses, la Fed ha inundado el sistema financiero con más de 600,000 millones de dólares, a un ritmo de 85,000 millones de dólares por mes. Lo ha hecho comprando Títulos de Agencias Respaldados por Hipotecas (MBS en inglés) y Bonos del Tesoro a Largo Plazo.
Además, el Tesoro, bajo instrucciones de la autoridad monetaria en cabeza del presidente de la Fed y su Comité Federal de Mercado Abierto bajó las tasas de interés de referencia hasta niveles cercanos al 0%.
El objetivo era que las empresas y los consumidores tuvieran acceso a créditos de bajo costo. Los primeros para invertir, producir y contratar más mano de obra y los segundos para gastar en bienes y servicios: la generación de empleos y el consumo incentivan la producción.
La Fed suponía que a ese ritmo de liquidez, el desempleo podría bajar hasta niveles del 6.5% y que la inflación (nivel de precios de la economía) llegaría al 2% por efectos de la mayor demanda. A la fecha el desempleo está en 7.4% y la inflación anual en 2%, según el Departamento de Estadísticas del Departamento del Trabajo (DOL).
En diciembre de 2012, cuando la Fed puso el pie en el acelerador de la liquidez, la tasa de desempleo era del 7,8%.
Actualmente, de los 11,5 millones de desempleados en Estados Unidos, 2,8 millones (21 son hispanos, según datos del DOL.
Si bien es cierto el nivel de desempleo sigue lejos de la meta de la Fed, para tomar la decisión de cambio la autoridad monetaria le da mucho valor al hecho de que el Producto Interno Bruto (PIB) muestra signos continuos de mejoría.
En el segundo trimestre de 2013 creció 1,7%, en términos reales (descontada la inflación), según la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio, razón de peso para reducir el flujo de papeles verdes a la economía estadounidense.
Sin que se haya producido el hecho, anunciado por el presidente de la Fed, Ben Bernanke, desde hace más de dos meses, y sin que aún se sepa la fecha en que los dólares dejen de fluir en las proporciones actuales, los especuladores del sistema financiero se han encargado de presionar las tasas de interés al alza.
Por ejemplo, hoy en día las tasas que se pagan por un crédito hipotecario están en promedios de 4,74%, frente a 3,91% de hace un año, para 30 años de plazo, según datos de la Fed.
Para tarjetas de crédito el interés promedio más bajo estaba en 10,12% anual a comienzos de 2013, para tarjetahabientes con excelente calificación de crédito (entre 820 puntos y 850 puntos). Actualmente la tasa promedia el 10,93%. Para clientes con menor calificación, el interés puede llegar hasta 22,99%.
El asunto es: Si las tasas de interés han estado subiendo durante los últimos meses en medio de tanta liquidez, ¿qué va a pasar cuando la Fed comience a cerrar el chorro (se supone que en forma gradual) y a subir las tasas de referencia?
Sucederá que al consumidor le será más costoso endeudarse. Y al empresario igual.
Lo que cabe ahora es la prudencia por parte del consumidor. A la hora de comprar, se debe preferir el uso de efectivo, antes que de tarjetas de crédito para evitar sobrecostos derivados de mayores tasas de interés.
Una buena alternativa es acudir a las populares cadenas usadas por los hispanos, conocidas también como tandas por la población mexicana y centroamericana y natilleras por los colombianos
"Desde hace varios años creamos un grupo de amigos y familiares. Ponemos una cuota semanal de 50 dólares por cada hogar y asignamos turnos para recibir el dinero. De esta manera, cada tres meses a mi casa le entran 950 dólares que podemos destinar para el pago de una deuda, por ejemplo. Es dinero libre de intereses, solo se requiere seriedad y cumplimiento en los abonos", explicó Gabriel Jerez, de 45 años que trabaja en mantenimiento de piscinas en Houston, Texas.
Precisamente la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) menciona en un estudio que los hispanos "constituyen el segmento de la población que en Estados Unidos tiende a usar más activamente que otros grupos raciales o étnicos Servicios Financieros Alternativos" (AFS).
Según la FDIC, el 29,6% de la población hispana no usa el sistema financiero y el 51,8% de esa población acude a los productos de los AFS, como préstamos del día de pago y casas de empeño.
Nadie puede asegurar que en adelante más hispanos, o consumidores en general, comiencen a utilizar sistemas de fondeo similares a los mencionados, pero lo que sí se espera es mayor cautela a la hora de tomar una decisión financiera, debido principalmente al hecho de que en materia de desempleo aún queda terreno por recorrer.
Con base en la teoría de las Expectativas Racionales del economista estadounidense Robert Lucas, ante el temor de perder ingresos por menor tiempo de trabajo o por pérdida definitiva del mismo, así como la posibilidad de encarecimiento del dinero, la tendencia del consumidor es a endeudarse menos y a posponer las compras de bienes duraderos para el hogar.
No se sabe horario, ni fecha en el calendario, cuando la Fed cerrará el chorro, pero sí se sabe que conseguir cualquier préstamo ya se está poniendo más costoso, de manera que es hora de proteger el bolsillo.
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