Un Nobel para Juan Bosch. Homenaje
Profesor, usted fue derrocado el 25 de septiembre de 1963, a los 19,810 días de su nacimiento (el 30 de junio de 1909 en la ciudad de La Vega, República Dominicana). Fue derrocado por los gorilas que ejercieron su juventud en la misma época en que usted ejerció la suya, pero que también fue la época en la que el monstruo engendrado por el imperialismo “ordenaba la casa” para que las señales le llegaran a control remoto desde la sede del edificio de cinco lados.
Hoy, Profesor, sabemos las razones por las que no se le permitió al pueblo dominicano encontrar el camino perdido. Hoy sabemos, Profesor, cuáles fueron las motivaciones que llevaron tanto a gorilas como a pentagonistas a despojar a nuestro pueblo del bienestar del desarrollo que bajo sus ejecutorias lograría.
A Ud. se le derrocó, Profesor, porque se encargó de editar y dirigir el periódico escolar El Infante, cuando apenas usted contaba con nueve años de edad, la misma en la que escribió sus primeros cuentos. Se le derrocó porque a los 17 años comenzó a publicar cuentos y poemas, porque a los 20 años se fue a Barcelona, España, y allí organizó una compañía teatral de variedades con la que se trasladó a Caracas, Venezuela, para actuar en el Teatro Olimpia.
Se le derrocó, Profesor, porque a los once años del monstruo Trujillo estar en el poder Ud. decidió retornar a su patria, República Dominicana, y publicar dos poemas en el Listín Diario; se le derrocó porque teniendo usted 24 años publicó su primer libro de cuentos, “Camino real”, y apenas un año después fue apresado por la policía trujillista y acusado de conspirar contra el régimen. Se le derrocó porque a los 26 años colaboró con la revista Bahoruco; porque a la misma edad dirigió la sección literaria del Listín Diario, fue nombrado en la Dirección General de Estadísticas y organizó el Censo Nacional de Población de la República ominicana.
A Ud. se le derrocó, Profesor, porque en un acto público el Ministro de Educación de Trujillo, en un discurso autorizado por “el jefe”, dijo que en todo el presente siglo el país había producido dos grandes figuras, una de ellas Trujillo, como era de suponerse, y la otra el hijo del señor José Bosch, “persona sin importancia alguna en la sociedad dominicana”.
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