La diferencia salarial entre hombres y mujeres en América Latina y el Caribe, pese a su reciente reducción, aún es prevalente, reveló el nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “Nuevo Siglo, Viejas Disparidades”, que compara encuestas de hogares representativas en 18 países de la región.
La información señala que al comparar las situaciones laborales de hombres y mujeres de la misma edad y del mismo nivel educativo, se descubrió que ellos ganan un 17 por ciento más en los países del continente americano.
Pese a tener más años de educación que los hombres, las mujeres aún se concentran en ocupaciones menos remuneradas como la enseñanza, la salud o en el sector servicios, señala la publicación del BID.
Las mujeres sólo ocupan el 33 por ciento de las profesiones mejor pagadas en la región, como la arquitectura, la abogacía o la ingeniería; en esas profesiones la brecha salarial entre hombres y mujeres es mucho más pronunciada, pues alcanza en promedio un 58 por ciento.
Las habilidades que se necesitan para esos trabajos son de tipo cuantitativo y pese al avance de las mujeres en años de escolaridad, 0.5 años más de escolaridad que los hombres, ellas tienden a concentrarse en carreras como la psicología, la enseñanza o la enfermería, en las que no se aplican los conocimientos cuantitativos.
El proceso para cerrar las brechas ha sido muy lento ya que los estereotipos y las percepciones erradas de los roles de hombres y de las mujeres han distorsionado las interacciones, no solo en los lugares de trabajo, sino también en los hogares, añade el documento.
Los estereotipos de género, que aparecen de forma temprana en la primera infancia, funcionan como elementos desalentadores para las mujeres y limitan sus posibilidades de acceso a carreras con mejores futuros en el mercado laboral, destaca la información.
La flexibilidad laboral, que permite a las mujeres participar en los mercados de trabajo mientras siguen a cargo de múltiples responsabilidades y tareas en sus hogares, interfiere directamente en la obtención de salarios igualitarios o mejores remuneraciones.
Asimismo, las mujeres suelen entrar más tarde al mercado laboral y a participan en ello de forma permanente, debido a la crianza de los hijos, en detrimento de su experiencia y su desarrollo profesional, situación que provoca que las brechas de salarios crezcan con la edad, concluye la investigación del Banco Interamericano de Desarrollo.
Pese a tener más años de educación que los hombres, las mujeres aún se concentran en ocupaciones menos remuneradas como la enseñanza, la salud o en el sector servicios, señala la publicación del BID.
Las mujeres sólo ocupan el 33 por ciento de las profesiones mejor pagadas en la región, como la arquitectura, la abogacía o la ingeniería; en esas profesiones la brecha salarial entre hombres y mujeres es mucho más pronunciada, pues alcanza en promedio un 58 por ciento.
Las habilidades que se necesitan para esos trabajos son de tipo cuantitativo y pese al avance de las mujeres en años de escolaridad, 0.5 años más de escolaridad que los hombres, ellas tienden a concentrarse en carreras como la psicología, la enseñanza o la enfermería, en las que no se aplican los conocimientos cuantitativos.
El proceso para cerrar las brechas ha sido muy lento ya que los estereotipos y las percepciones erradas de los roles de hombres y de las mujeres han distorsionado las interacciones, no solo en los lugares de trabajo, sino también en los hogares, añade el documento.
Los estereotipos de género, que aparecen de forma temprana en la primera infancia, funcionan como elementos desalentadores para las mujeres y limitan sus posibilidades de acceso a carreras con mejores futuros en el mercado laboral, destaca la información.
La flexibilidad laboral, que permite a las mujeres participar en los mercados de trabajo mientras siguen a cargo de múltiples responsabilidades y tareas en sus hogares, interfiere directamente en la obtención de salarios igualitarios o mejores remuneraciones.
Asimismo, las mujeres suelen entrar más tarde al mercado laboral y a participan en ello de forma permanente, debido a la crianza de los hijos, en detrimento de su experiencia y su desarrollo profesional, situación que provoca que las brechas de salarios crezcan con la edad, concluye la investigación del Banco Interamericano de Desarrollo.
Publicado por Cerigua
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