Autor mexicano defiende reforma educativa contra subdesarrollo Latinoamérica
Bogotá, 8 sep (EFE).- América Latina necesita hacer una reforma educativa conjunta para superar décadas de subdesarrollo causado por gobiernos, instituciones y empresas corruptas, afirmó el escritor mexicano Francisco Martín Moreno. El autor, que visitó recientemente Bogotá para promover su novela "Las cicatrices del viento" (Planeta), considera que América Latina "es un continente de reprobados escolarmente", lo que atribuye a un sistema educativo deficiente producto de la alianza del poder político y económico con el clero católico para mantener a la gente "en la resignación y la ignorancia". "El principal problema de América Latina es el fracaso educativo. Mientras nosotros no entendamos que ese fracaso es el origen de la inmensa mayoría de nuestros males no vamos a funcionar. No se puede construir un país en un entorno de analfabetismo", manifestó en una entrevista con Efe. En ese sentido, Martín Moreno propuso una "reforma educativa conjunta" en la que los responsables de educación de Latinoamérica puedan intercambiar experiencias exitosas aplicables en los demás países. "Mientras no nos demos cuenta de esto nos seguirán robando, esquilmando y abusando de nosotros", opinó el escritor, quien atribuye parte de lo que considera "fracaso educativo" de la región al clero, que durante la Colonia tuvo el monopolio de la enseñanza. "Cuando termina la Colonia, en México había un 98 % de analfabetos porque la Iglesia, que era la encargada de la educación, educó a los criollos, a los hijos de los españoles, pero no educó a las masas", afirma. Martín Moreno, que se define como "ateo" y un "liberal progresista, defensor del patrimonio público", culpa también a "gobiernos corruptos" que durante décadas se han preocupado más por servir a los intereses de las multinacionales que por el bienestar de la población. Ese es el eje de "Las cicatrices del viento", una novela histórica sobre la alianza en la primera mitad del siglo XX de la United Fruit Company con la Casa Blanca y Wall Street para crear un imperio bananero en América Latina y el Caribe, fundamentalmente en los países centroamericanos, con la complicidad de dictadores corruptos. "Era la época de la diplomacia del dólar y del gran garrote. La Casa Blanca mandaba cañoneras a los países centroamericanos para apoyar los intereses de la United Fruit Company mientras esta saqueaba el país", explica. Martín Moreno se pregunta "¿Por qué somos un continente rico con gente pobre?" y considera que la respuesta está en el "fracaso académico" de la región y en "la destrucción de la estructura ética" de los pueblos que comenzó con la Conquista. "Uno de los grandes activos de las sociedades protestantes es el código de ética", que crea conciencia sobre la responsabilidad individual y social del ciudadano, algo que en su opinión se ha perdido en América Latina. Si no hay un código de ética hay corrupción y ese es el drama que el autor busca mostrar en "Las cicatrices del viento", una novela que junta personajes, lugares e historias reales con otras de ficción para explicar el subdesarrollo latinoamericano. La historia transcurre en Salaragua, país ficticio cuyo nombre es una mezcla de El Salvador y Nicaragua, gobernado por Leónidas Trubico, un personaje también imaginario inspirado en los dictadores Rafael Leonidas Trujillo, dominicano, y Jorge Ubico, guatemalteco, que pone al país al servicio de Robert Keith, presidente de la United Fruit Company, también llamada "El Pulpo" o "La Frutera". "Por respeto a la historia inventé un país porque no podía poner cosas de un país en otro", y para gobernarlo "inventé también un tirano", dice el escritor quien explica que lo hizo porque en su novela utiliza "personajes ficticios, pero siempre en un contexto real, sin alterar la historia". "Yo no me puedo dar el lujo de decir mentiras, por eso mi libro, a pesar de ser una novela, puse fuentes, pies de página y bibliografía", explica. Para Martin Moreno, todos los males de la región no pueden atribuirse a EE.UU. y sus empresas porque los países también culpa de su atraso. "Sería muy sencillo culpar a Estados Unidos de todos nuestros males. La culpa tampoco la tiene toda la United Fruit Company, también la tenían los países donde estaban las inversiones. Nosotros también tenemos una gran responsabilidad", concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario