Ingerir por día 25 gramos de perejil cubre el 70% de las necesidades diarias de vitamina C y el 30% de vitamina A, además de ser depurativo y digestivo. Esto es importante ya que generalmente asociamos como fuente de vitamina C a la naranja y a los cítricos. Y si bien esto es correcto, también es bueno saber que contamos con hierbas tan comunes como el perejil que nos ayudan a incorporarla. Conozcamos un poco las cualidades antioxidantes del perejil.
El perejil (Petroselinum sativum), es una planta herbácea que pertenece a la familia de las umbelíferas bianual que se cultiva por el aroma y sabor de sus hojas. Prefiere los climas cálidos pero resiste muy bien el frío.
El perejil es una hierba popular y conocida por todos y que siempre está presente en la cocina. Es un alimento muy valioso en lo que se refiere a su valor nutricional ya que es rico en vitamina C, en calcio, hierro y vitamina A.
Como dijimos anteriormente, el perejil es una hierba muy empleada por el aroma tan agradable de sus hojas siendo casi imprescindible en la cocina para la realización de numerosas y diversas preparaciones. Uno de sus usos más comunes es picada junto con otras hierbas y ajo picado, que se emplea para aromatizar preparaciones de carne y verduras.
Donde este condimento esté presente se detectará enseguida por su intenso y tentador aroma.
El perejil fresco, sirve para adornar platos de carne, colocando ramitas alrededor o en el centro mismo de la fuente. También se puede freír unos minutos en abundante aceite caliente y emplearlo para adornar platos terminados.
Y así como el perejil y las diversas aplicaciones del mismo son tan comunes y conocidos, no lo son tanto sus propiedades y los beneficios que nos aporta cuando lo consumimos.
Ingerir por día 25 gramos de perejil cubre el 70% de las necesidades diarias de vitamina C y el 30% de vitamina A, además de ser depurativo y digestivo.
Esto es importante ya que generalmente asociamos como fuente de vitamina C a la naranja y a los cítricos. Y si bien esto es correcto, también es bueno saber que contamos con hierbas tan comunes como el perejil que nos ayudan a incorporarla.
Conozcamos un poco las cualidades antioxidantes del perejil.
Si hablamos de ellas, debemos decir que éstas son lo suficientemente importantes como para reducir el riesgo de sufrir cáncer, problemas cardíacos, infartos cerebrales y cataratas.
Quienes tienen predisposición a estas dolencias sería bueno que incorporaran perejil a su dieta en forma preventiva.
Lo mismo aquellas que tienen digestiones lentas, espasmos intestinales o sufren de flatulencia llegarán a sentirse aliviados si lo incorporan en los primeros platos o beben una infusión de sus hojas antes de cada comida.
El perejil tiene propiedades diurética favoreciendo a quienes sufren de hinchazón de piernas, personas obesas y/o con celulitis. Estos cuadros se podrán aliviar con solo incluirlo más en su alimentación e incorporando dos a tres cucharadas de su jugo dos veces al día.
Tiene efecto antiinflamatorio por lo tanto es beneficioso para quienes sufren de reuma.
El perejil contiene mucho hierro ayudando a quienes tienen problema de anemia ya que 25gramos equivale a un churrasco (o filete) de carne vacuna.
Cuenta con ácido fólico que colabora en la formación de hematíes (glóbulos rojos).
Las hojas y tallos machacados y humedecidos aplicándolo como cataplasma acelera la curación de las heridas, úlceras y alivia las picaduras de insectos. En caso de contusiones reduce la molestia.
Su cultivo. Es una planta muy fácil de cultivar, hasta en una maceta se puede sembrar y acepta la siembra todo el año teniendo cuidado de protegerlo de los fríos intensos.
Como elegirlo. Elegir manojos bien frescos y que el color de sus hojas sea de un verde bien intenso además de que las hojas estén bien erguidas y que trasmitan vida.
Para conservarlo. Poner el ramo de perejil en un recipiente con agua y cubrirlo con una bolsa plástica (nailon) y guardarlo en la heladera cambiándole el agua a diario.
Una forma de conservarlo mucho tiempo es congelándolo.
Se lava bien, se escurre y se pone sobre un paño seco dejándolo orear un rato.
Se cortan las hojas con una tijera y se guardan en bolsas de freezer. Se cierra la bolsa y se congela.
Una vez bien congelado se aprieta la bolsa triturando las hojas para que queden como picadas a mano. El resultado es fantástico y nos ahorramos mucho tiempo.
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